El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México informó el pasado miércoles del hallazgo de un nacimiento de “agua sagrada” en la Gran Pirámide de Cholula, conocida por tener el mayor basamento piramidal del mundo.

Durante unos trabajos de reconstrucción de la escalinata que dirige al sitio sagrado, conocido como “El pocito de los sueños”, los trabajadores descubrieron trozos de barro, por lo que notificaron de inmediato a los responsables de la obra, quienes exploraron la zona, en Puebla.

Los expertos encontraron entonces fragmentos de brasero, una roca laja de calcita, y una escultura cilíndrica de 30 centímetros de basalto con la representación de Tláloc, dios del agua y la lluvia de la cultura mexica.

El director del INAH en Puebla, Manuel Villaruel Vázquez, detalló que los vestigios son de la etapa tardía de la época virreinal, por la zona donde se localizaron, ya que están entre la pirámide y la Iglesia de los Remedios, situada en lo alto de la pirámide.

Resaltó que en el punto se realizan trabajos de restauración de las escaleras que conducen a la zona más alta de la construcción prehispánica, ya que fueron dañadas por el sismo de 2017 y las condiciones climáticas.

Asimismo, mencionó que siempre se ha tenido la teoría de que esa zona arqueológica tenía dos caídas de agua, una en la parte frontal y otra atrás.

Aunque esto no se había confirmado, la aparición de la escultura de Tláloc podría verificar estas hipótesis.

El experto destacó que esta escultura se utilizaba de manera frecuente en zonas acuosas y estaban incrustadas en cúpulas o bardas de inmuebles para honrar a sus dioses.

Edmundo Tlatehui Percino, presidente municipal de San Andrés Cholula, refirió que este hallazgo pone al

descubierto otra parte de la historia del municipio, que tiene que difundirse a todo el mundo para que puedan visitar la pirámide y conocer los usos y costumbres de los antepasados.

En este sentido, se reveló que los trabajos llevan un 90 % de avance y se espera que el próximo mes pueda habilitarse la zona.

“El Pocito” ya contó con una intervención de un especialista y un grupo de arqueólogos hace 40 años, pero entonces no localizaron ningún tipo de artículo o indicio histórico.