Los casi 5.000 indocumentados ya han recorrido unos 80 kilómetros en seis días y algunos, especialmente los niños, comienzan a presentar fiebre, deshidratación, dolores de cabeza, diarreas, esguinces y sarpullidos.
La caravana de miles de migrantes centroamericanos y suramericanos, que partió hace una semana desde el sureste de México con destino a Estados Unidos, seguía avanzando lentamente el sábado(30.10.2021) mientras los niños comienzan a resentir dolencias de salud.
La caravana llegó anoche a la comunidad de Ulapa, en el municipio de Acapetahua, en el estado de Chiapas, fronterizo con Guatemala, tras recorrer a pie unos 15 kilómetros, y prevén partir otra vez en las próximas horas.
Los casi 5.000 migrantes ya han recorrido en total cerca de 80 kilómetros desde que partieron el pasado fin de semana desde la ciudad de Tapachula, también en Chiapas, y algunos, especialmente los niños, comienzan a resentir fiebre, deshidratación, dolores de cabeza, diarreas, esguinces y sarpullido.
La situación se ha complicado para los niños, quienes han resentido las altas temperaturas y las fuertes lluvias que han complicado la salud de las familias.
Algunas mujeres también han solicitado la atención de los paramédicos por enfermedades diversas como diabetes, presión arterial, enfermedades degenerativas, pero sobre todo deshidratación.
Muchos niños sufren diarrea, fiebre y dolor de cabeza, probablemente por beber agua no saneada y por la falta de alimentos. Pero los migrates prevén seguir su recorrido este mismo sábado con rumbo a la Ciudad de México y luego continuar hacia la frontera con Estados Unidos.
En la víspera, los miembros de la caravana rechazaron una oferta del Instituto Nacional de Migración (INM), que ofreció visas para mujeres y menores a cambio de que se quedaran en el sureste de México.
Tras las duras imágenes de la disolución de anteriores caravanas, esta vez el Gobierno mexicano anunció que actuaría con «prudencia» ante la nueva peregrinación, pero les avisó de que Estados Unidos no les permitirá entrar a su territorio.
La región vive una ola migratoria sin precedentes desde comienzos de año, con un flujo histórico de 147.000 indocumentados detectados en México de enero a agosto, el triple de 2020.
Además, las cifras de arrestos en la frontera de Estados Unidos con México alcanzaron en el pasado año fiscal cifras nunca vistas hasta ahora, con más 1,7 millones de inmigrantes detectados por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).