Martial se estrena como goleador y Navas vuelve ante el Dinamo de Zagreb
Dos minutos de vértigo al filo del descanso permitieron al Sevilla obtener una ventaja de dos goles frente a un Dinamo de Zagreb con buenos argumentos en ataque, aunque con problemas en defensa. El Sevilla se desmelenó en ese tramo crucial del choque, cuando Orsic había empatado para los croatas y el partido se ponía feo.
Le bastó con ese estirón para luego, fiel a su costumbre, enfriar el partido y fiarse a su meta Bono, que evitó el 3-2. El Sevilla, en el que marcó Martial y regresó algunos minutos Jesús Navas, que no jugaba desde el 2 de noviembre, deberá rematar la faena en Zagreb la próxima semana, aunque no debe fiarse a pesar del buen resultado porque el rival es peligroso.
El Dinamo de Zagreb es uno de esos equipos que no permite ningún despiste. El fútbol croata siempre fue sinónimo de calidad y talento. El Dinamo, un grande de su país, tiene futbolistas muy buenos, caso de Orsic. Que Bono tuviera que hacer un paradón a los nueve minutos tras un gran disparo del delantero croata demostró que el partido no iba a ser fácil para el Sevilla. Los andaluces son expertos en el control de los duelos, intentando disminuir los daños a recibir. En un torneo que se juega a eliminatorias es muy complicado actuar de esta forma. Donde sí encontró facilidades el Sevilla fue jugando al contragolpe.
El Dinamo es un equipo que juega con personalidad y arriesga mucho. De eso se aprovechó el Sevilla. Tras el susto de Orsic, un robo en la banda permitió la primera salida en estampida del equipo de Lopetegui. Rakitic encontró a Martial, un futbolista ideal con campo por delante. El disparo del francés lo despejó Livakovic. Cuando el Papu iba a rematar fue objeto de penalti por parte del meta internacional croata.
Marcó Rakitic y el Sevilla intentó de nuevo enfriar el partido. Tocó y tocó, pero el Dinamo se rebeló. Orsic aprovechó un extraño error de Diego Carlos en el despeje de cabeza. La acción del croata fue eléctrica. Control y definición para colocar un inquietante empate a uno. El gol despertó al Sevilla, que volvió a la carga. Es un equipo con pegada. En dos minutos hizo dos goles que noquearon a los croatas. Primero con una volea de Ocampos y luego con un contragolpe de libro. El Sevilla salió en manada hasta que el Papu detuvo el tiempo con un gran pase a Martial. El delantero marcó su primer gol como sevillista con un pase a la red. En un suspiro, el Sevilla ganaba 3-1. El fútbol de eliminatorias solo entiende de pegada.
Fiel a su costumbre, el equipo andaluz decidió enfriar de nuevo el choque en la segunda mitad. Es una táctica donde se mueve bien el cuadro de Lopetegui, aunque tiene sus riesgos. Ocurre que en esos momentos donde los rivales pueden penalizar la racanería del Sevilla, surge la figura imponente de su portero. Bono, en una doble intervención ante Lauritsen y Juric, evitó los nervios que podía deparar un 3-2 para la vuelta. El Sevilla gozó de una buena ocasión de Ocampos que salvó Livakovic para hacer el 4-1. Pero poco más. Lopetegui pobló su centro del campo, suspirando para que no pasara nada y poder defender ese 3-1.
Perdido el valor doble de los goles fuera de casa en caso de empate, se trata de un buen resultado para los andaluces. El regreso de Navas tras su lesión animó el tramo final.