Una mañana de octubre de 1958, nació el karate en México. El suceso ocurrió en el pequeño departamento del entonces DF, en el que vivía Nobuyoshi Murata, gerente de exportaciones de la empresa Takeda en nuestro país. Fue ahí donde se dio la primera clase de esta arte marcial.

Los alumnos que asistieron a aquella práctica inicial fueron siete, mismos que habían suplicado (como es la tradición) al sensei Nobuyoshi Murata que les enseñara todo lo que sabía. Esto luego de verlo en una exhibición en la embajada de Japón en México, el 31 de enero de 1959.

Los 7 primeros aprendices del karate en México

Aquellos siete pupilos eran Raúl Cardoso, Raúl Enríquez, Iván Gómez, Félix Fernández, Ángel Tabizón, Antonio Márquez y Manuel Mondragón y Kalb, sí, el funcionario público mexicano de los gobiernos de Marcelo Ebrard y Enrique Peña Nieto.

Manuel Mondragón, por cierto, de entonces 25 años de edad, se convirtió de inmediato en el alumno más destacado del sensei Nobuyoshi Murata, convirtiéndose él y su compañero Carlos Vila, en los primeros en recibir en México, y de manos de Murata, el grado de cinta negra.

El sensei Nobuyoshi Murata en un comercial para anunciar el Datsun 160J de Nissan:

El estilo que enseñaba el sensei Murata era el Shito Ryu, que por varios años fue casi la única escuela de karate en México. Invitaron a varios exponentes de esta corriente al país para solidificar la enseñanza, tal fue el caso de Kenei Mabuni en 1963, Hiroshi Matsura en 1962, Kunio Murayama en 1970 y Manzo Iwata en el 72.

Shotokan, otra de las escuelas del karate en la República Mexicana

Pero con la sensibilización de un mayor número de mexicanos en el karate, fueron llegando también otras corrientes, una de ellas el Shotokan, traída por el maestro Yoshimasa Yatoh. Quizá éste fue el estilo que se expandió a mayor velocidad, pues con él se fundaron varias escuelas en México: la Asociación Yooshuu-Kai de Javier Frías, Shai Lin Jai de Manuel Luquín y Torakai de México de Noli Saldivar, Juan Farías y Manuel Mondragón.

Karate en todo México

Para 1966, los integrantes de la Federación de Karate en Japón, queda sorprendidos de lo lejos que había llegado ya la práctica de esta disciplina, cuando a sus puertas arribaron un par de primos mexicanos que querían resolver muchas dudas sobre el arte marcial, se trataba de Antoni Márquez López y Ángel Márquez López.

Ambos aprendieron en ese viaje al país nipón el estilo Shudokan gracias al sensei Toyama Kanken, trayendo esta escuela a México. Desde entonces el karate no ha dejado de tener presencia en nuestro país, de acuerdo con la Federación Mexicana de Karate, las 32 entidades del país tienen más de un dojo, y todo empezó en el pequeño departamento de Nabuyoshi Murata en el DF.