Tres meses después de la adopción de las primeras medidas de cuarentena, Europa continúa su cautelosa vuelta a la normalidad, que incluye la reapertura de cafés, restaurantes y museos y el regreso del fútbol en algunos países.
El símbolo de la (¿momentánea?) victoria sobre el virus en el continente es Italia -el país que fue durante un tiempo el principal foco mundial del coronavirus y el primero que confinó a todo su territorio-, que este miércoles dio un paso más hacia la normalidad con la reapertura de sus fronteras, al menos entre los países de la Unión Europea, y el fin de las restricciones de movimiento entre las regiones. El 15 de junio será el turno de teatros y cines.
El país declaró la cuarentena nacional el 9 de marzo, cuando había más de 9 mil casos de coronavirus y 463 fallecidos, aunque algunas zonas del norte ya habían sido cerradas el 21 de febrero. Las medidas más restrictivas, con el cierre de todas las actividades e industrias no esenciales, fueron tomadas el 23 de marzo, cuando los casos eran 64 mil y los muertos 6.077. Unos días antes, el 21 de marzo, se había registrado el aumento de contagios, con 6.577 casos. La cifra se mantuvo entre los 4 mil y 5 mil casos diarios durante semanas, hasta que comenzó a descender.
El 4 de mayo comenzó la Fase 2, que se completó el 18 de mayo con la reapertura de tiendas, restaurantes e iglesias. “Estamos enfrentando un riesgo calculado”, dijo el primer ministro Giuseppe Conte. “Sabemos que la curva epidemiológica volverá a subir. Pero no podemos detenernos ahora”.
Así, en el país los días de cuarentena fueron 56.
Pese a los temores, el aumento de la curva por el momento no está ocurriendo: los casos diarios rondan los 300 por día y la cifra diaria de muertes se mantiene por debajo de los cien. Sobre todo, el numero de personas internadas en terapia intensiva sigue bajando, y no se registran nuevos ingresos. Algo que llevó a Alberto Zangrillo, director del hospital San Raffaele, de Milán, uno de los centros que estuvo en primera línea en la lucha contra el brote, a decir que el virus «ya no existe clínicamente” en el país. “Aterrorizar al país es algo de lo que alguien tiene que hacerse responsable”, dijo este destacado especialista.