«Siento que no tienen compasión humana porque no deben formular un decreto de hoy para hoy. ¿Sabe cuántos venezolanos estamos aquí en México pasando frío, hambre, angustiados, desesperados? Y eso a ellos les vale nada».
Entre lágrimas y sin dejar de amamantar a su bebé de un año, Grecia critica el nuevo plan migratorio que Estados Unidos anunció y puso en marcha el 12 de octubre por el que venezolanos que como ella cruzan de manera irregular la frontera sur son devueltos a México.
1.768 personas ya fueron regresadas solo en los cuatro primeros días de la medida, según el gobierno mexicano, que no aclaró si habrá un límite en el número que recibirá. Hasta ahora, los migrantes del país sudamericano gozaban de libertad condicional humanitaria en EE.UU. que les permitía quedarse allí para tramitar una solicitud de asilo.
Pero la entrada en vigor de manera inmediata del nuevo plan sorprendió a miles de venezolanos en tránsito que quedaron prácticamente varados en México, sin posibilidad de ingresar hacia el norte y -en la mayoría de casos- sin dinero para poder regresar a su país.
«Nuestro viaje fue durísimo, un mes desde que salimos de Maracay, por tierra, pasando la selva… pero veníamos con una gran ilusión, un sueño», lamenta Grecia junto a su pequeña maleta. «Solo queríamos salir adelante», completa su hija Fabiola, de 18 años, quien no deja de toser y temblar ante los 14 grados de temperatura de Ciudad de México.
Ellas, como otras decenas de compatriotas devueltos a la capital desde la frontera, pasan estos días frente a las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) a la espera de recibir información sobre qué hacer ahora. Algunos duermen en plena calle arropados por mantas que les ofrecen algunos ciudadanos y ONG, que también les traen comida.
La incertidumbre sobre qué pasos seguir para regularizar su situación y poder trabajar en México es palpable entre la mayoría. También entre los grupos de venezolanos que se concentran estos días en la Central de Autobuses del Norte capitalina, donde muchos son dejados tras su traslado desde la frontera y que, según organizaciones sociales, hace presagiar lo que podría ser una gran crisis para México.
«Se tomó esta decisión sin medir las consecuencias de un plan inhumano y discriminatorio. Ya estamos viendo esta crisis en las calles de México y se viene una mucho más grande que ni el gobierno está viendo en lo que se puede convertir», alerta July Rodríguez, directora en México de la organización Apoyo a Migrantes Venezolanos, que los asesora en asuntos legales de manera gratuita.