Los estadounidenses aprovechan que vivir en casas de playa en México cuesta una fracción de lo que vale residir en Nueva York o San Diego.
México es el refugio de miles de estadounidenses, quienes evitan el estrés de la alta inflación y las tasas de interés vividas en Estados Unidos al comprar casas baratas frente al mar y arena blanca de la playa de Cancún, Tulum, Puerto Vallarta, Los Cabos y otras ciudades.
Esa preferencia por tierras mexicanas se vio en el sector inmobiliario, el cual en dos meses de este año vendió más de 300 departamentos a estadounidenses, especialmente habitantes radicados en California, quienes pagaron más de 5 millones de pesos por alguna propiedad en Tijuana.
“La alta inflación y tasas de interés en Estados Unidos, la pandemia de Covid-19, los nómadas digitales y que un Netflix o varias tecnológicas institucionalizaron el home office ayudaron a que el mercado mexicano sea cada vez más atractivo para el mercado estadounidense y canadiense”, dice Romain Benenatti, director de Operaciones de Clikalia México.
Cada destino turístico en México tiene su rol dentro de la macroeconomía estadounidense, ya que Los Cabos, Puerto Vallarta y San Miguel de Allende son ciudades para los retirados y jubilados, mientras que Tijuana se está convirtiendo en un corredor de turismo de salud y dental para los californianos, añade el directivo.
Tijuana, una ciudad que no es estrictamente vacacional, ha registrado una alta venta de departamentos para las personas que trabajan en San Diego: “Se han dado cuenta que vivir y adquirir un departamento en Tijuana cuesta la quinta parte que un departamento en San Diego”, dice Eugene Towle, socio director de Softec.
También los estadounidenses han visto que vivir en cualquier destino turístico mexicano cuesta un tercio de lo que cuesta vivir en Nueva York, comenta a Forbes México.
Al comienzo de la pandemia de Covid-19, los estadounidenses reflexionaron sobre quedarse a vivir encerrados en una pequeño y obscuro departamento en Nueva York o viajar y contratar un Airbnb en Cancún, Tulum, Puerto Vallarta o Los Cabos, señala.
“Al principio la gente que estaba llegando decía: ‘mira, me voy a venir un mes a México y a ver qué onda’”, comenta el directivo de la empresa especializada en consultoría e investigación inmobiliaria. Después, añade, se dieron cuenta de que desde México pueden trabajar conectándose a través de Zoom, Teams, Google Meet o cualquier otra aplicación de videollamada.
Hoy un departamento de 100 metros cuadrados vale 200 mil dólares en Tijuana, pero ese mismo apartamento en San Diego cuesta entre un millón de dólares y un millón y medio de dólares, enfatiza Towle.
Según cifras de Softec, la pandemia de Covid-19 desplomó 34% la venta de departamentos y casas de lujo en diferentes ciudades turísticas como Los Cabos, Tulum, Cancún, Playa del Carmen, Puerto Vallarta, San Carlos, Puerto Peñasco, Mazatlán, Acapulco, Huatulco, Ixtapa Zihuatanejo y Riviera Nayarit.
En 2020, los estadounidenses solo compraron 8 mil viviendas de lujo en México, cuando un año antes adquirieron más de 12 mil 270 departamentos a unos cuantos metros de la playa, explica Softec.
Después de una masiva vacunación en México y Estados Unidos contra el coronavirus causante del Covid-19, las ventas de vivienda de lujo sumaron más de 11 mil unidades en diferentes destinos turísticos de la República Mexicana durante 2021.
Y para 2022, las ventas de departamentos de lujo frente a la playa en México aumentarán más de 32.08%, ya que se prevé que sean vendidas más de 15 mil 605 unidades, añade Softec.
En 2020 y 2021, México rompió la inercia de atraer a los innovadores, porque ahora llegaron los adaptadores tempranos: “es un mercado 10 veces más grande que los innovadores”, detalla el socio director de Softec.
La mayor parte de los extranjeros que adquieren casas y departamentos en México lo hace de contado, ya que no hay créditos ni hipotecas para clientes provenientes de Estados Unidos, Canadá y otras partes del mundo, cuenta Towle.
De repente, los bancos ofrecen crédito a los extranjeros, pero es un proceso muy enredado; hay un par de empresas que ofrecen créditos a extranjeros para que compren propiedades en México, pero tienen un acceso limitado, añade.
Los estadounidenses vieron que podían adquirir un departamento no con frente de playa en México, pero con acceso al mar y su blanca arena en un precio de entre 100 mil dólares y 200 mil dólares, expone.
Entre 2004 y 2007, México tuvo un pico en las ventas de vivienda y departamentos a los estadounidenses a un precio de 400 mil dólares, pero ellos adquieren viviendas de entre 200 mil dólares y 250 mil dólares, agrega el socio director de Softec.
La pandemia de Covid-19, el home office y las altas tasas de interés trajeron una demanda de vivienda de parte de los estadounidenses en Cabo San Lucas, Valle de Guadalupe, Puerto Peñasco, San Carlos, Puerto Vallarta, Riviera Nayarit, Puerto Vallarta, Tamarindos, Costa Alegre y San Miguel de Allende, afirma Phillip Hendrix, miembro del Clúster de Innovación y Transformación Inmobiliaria (CITI).
Los mercados de capitales voltearon al segmento de lujo, porque llega un momento en que si tú tienes que invertir dinero a 0.25% de tasa de interés “pues como que no late mucho”, añade.
En Estados Unidos había tasas de hipotecas entre 2 y 3%, pero “hoy estamos viendo tasas de hipotecas del 7%, que para el mercado de Estados Unidos es un tema importante y eso en ciertos segmentos”
En México, el mercado de lujo es 7 millones de pesos el valor de las casas y departamentos que para el cliente local están lentas las ventas por la incertidumbre por las elevadas tasas de interés, apunta Hendrix.
La Riviera Maya es la zona que más ha registrado en la venta de condominios y departamentos a estadounidenses y canadienses, mientras que varias ciudades de la frontera se han dinamizado por la inflación y las tasas de interés en Estados Unidos, expresa Romain Benenatti, director de Operaciones de Clikalia México.
En 2021, la Riviera Maya registró un boom en la compra de vivienda y departamentos de playa porque los estadounidenses compraban a tasas de interés de los bancos de Estados Unidos, pero cambió la dinámica de compra con las altas tasas de interés y la inflación, destaca Benenatti.