México ha expandido su red de decenas de centros de detención mientras colabora con Estados Unidos para limitar la movilidad de solicitantes de asilo que atraviesan su territorio para dirigirse a la frontera sur de Estados Unidos
El incendio que mató a por lo menos 38 personas en un centro de detención migratorio de México ocurrió en un momento en que los países del hemisferio occidental están siendo presionados para hacer frente al número extraordinario de personas que huyen de sus patrias.
México ha expandido su red de decenas de centros de detención mientras colabora con Estados Unidos para limitar la movilidad de solicitantes de asilo que atraviesan su territorio para dirigirse a la frontera sur de Estados Unidos, incluyendo a Ciudad Juárez, en donde las autoridades dicen que los migrantes incendiaron colchonetas el lunes en un centro de detención después de enterarse de que serían deportados.
¿POR QUÉ ESTABAN DETENIDOS ESTOS MIGRANTES?
Todavía deben darse a conocer los detalles específicos, pero México ha surgido como el tercer destino más popular del mundo para las personas en busca de asilo, después de Estados Unidos y Alemania. No obstante, sigue siendo en gran medida un país de tránsito para quienes van a Estados Unidos.
Las personas en busca de asilo deben quedarse en el estado mexicano en donde lo solicitan, por lo que grandes cantidades de personas están refugiadas en Tapachula, cerca de la frontera de México con Guatemala.
Decenas de miles también están reunidos en ciudades fronterizas del norte, incluida Ciudad Juárez, a las cuales con frecuencia llegan sin autorización después de terribles travesías o de pagarle a alguien. Una red cada vez más grande de abogados, conocedores de la zona e intermediarios, ha surgido para ofrecer documentos y consejo a los migrantes que pueden pagar para acelerar el sistema.
Se cree que hay más de 2.200 personas en albergues para migrantes en Ciudad Juárez, mientras que una cifra mayor vive en otras partes de la ciudad después de llegar de Guatemala, Venezuela, Nicaragua, Colombia, Ecuador, Perú y El Salvador, según un informe publicado el mes pasado por el Centro Strauss para la Seguridad y Derecho Internacionales de la Universidad de Texas, campus Austin.
El año pasado, México deportó a unas 106.000 personas, de las cuales aproximadamente 8 de cada 10 fueron enviadas a Guatemala u Honduras.