Se ha dicho poco respecto al efecto que ha tenido la estabilidad cambiaria sobre el crecimiento de los precios.
Ayer, el tipo de cambio del peso frente al dólar llegó por algunos minutos muy cerca de los 19 pesos. Y la pregunta que flota en el ambiente es: ¿cuánto más se fortalecerá el peso frente al dólar?
Permítame darle algunos elementos de contexto.
Muy pocos son los que anticipaban que el peso pudiera fortalecerse de esta manera.
En la más reciente encuesta de Citibanamex solo dos entre 29 instituciones que presentaron sus pronósticos respecto al tipo de cambio ubicaron la cotización del peso frente al dólar en 19.50 para el fin de 2022. Se trata del banco HSBC y el banco de inversión europeo Natixis.
Hubo otras seis instituciones que lo ubicaron entre 19.50 y menos de 20 pesos, mientras que 21 de los expertos consultados estimaron cifras por arriba de 20 pesos.
Con el cierre de ayer, que estuvo en 19.24 pesos, nuestra moneda ya ganó 6.2 por ciento respecto al cierre de 2021.
En contraste, el índice dólar de Bloomberg, que mide la cotización del dólar frente a una canasta de las principales divisas del mundo, se ha incrementado en 11.6 por ciento, lo que evidencia la fortaleza del dólar frente a la mayoría de las divisas internacionales.
Esto quiere decir que el peso mexicano incluso ha ganado aún más terreno frente a divisas como el euro, la libra o el yen, entre otras.
Se ha comentado ampliamente que una de las razones por las que la inflación está en 8.1 por ciento y no en 12 o 13 por ciento es por el subsidio a las gasolinas, que ha impedido que sus precios suban por arriba del índice inflacionario.
Pero se ha dicho poco respecto al efecto que ha tenido la estabilidad cambiaria sobre el crecimiento de los precios.
Este año, es probable que las importaciones totales de bienes del país superen los 600 mil millones de dólares, equivalentes a poco más de 40 por ciento del PIB estimado para este año.
Si tuviéramos un tipo de cambio que se hubiera depreciado en sincronía con otras monedas en el mundo, estaría cotizando a 22.90 pesos por dólar, y desde luego habría un impacto importante en el costo en pesos de las importaciones.
Seguramente un impacto de esa medida agregaría varios puntos a los índices inflacionarios.
Este contexto explica evaluaciones como la que el pasado 23 de noviembre fue enviada a la clientela de UBS, uno de los bancos suizos más importantes.
El título del reporte es: “Un remanso de estabilidad en tiempos turbulentos. Invirtiendo en México”.
No se trata de inversiones en plantas productivas, sino de inversiones financieras.
“El historial de México de prudencia en la gestión macroeconómica, la solidez de sus finanzas exteriores, su posición fiscal decente, la credibilidad de su banco central y la buena capitalización de su sistema bancario hacen del país un auténtico remanso de estabilidad en tiempos turbulentos”, dice la introducción del reporte.
Sin embargo, aun esa evaluación no desconoce que el peso parece bastante fuerte respecto a los aspectos fundamentales de la economía y dice:
“A nuestro juicio la moneda seguirá comportándose bien, pero prevemos una depreciación moderada porque la Reserva Federal aún no ha terminado de subir las tasas de interés y se están revisando a la baja las previsiones del crecimiento mundial”.
Mientras el Banco de México mantenga los seis puntos de diferencia entre su tasa objetivo y la tasa de referencia de la Reserva Federal, lo más seguro es que la cotización del peso sea determinada esencialmente por el ambiente internacional.
Si no existe realmente la amenaza de una crisis financiera global o de un freno brusco de la economía norteamericana que pueda trastornar en demasía a México, creo que es factible que la paridad se mantenga en niveles que previsiblemente fluctúen entre poco menos de 20 pesos a cerca de 21 pesos cuando mucho.
Sin embargo, tome en cuenta que estamos en un entorno de alta incertidumbre y que realmente no sabemos lo que nos pueda deparar 2023 en el ámbito internacional.