Un retraso en el acceso a la vacuna contra Covid-19 ampliaría las brechas de la desigualdad que hay ahora América Latina y el Caribe, por lo que no se pueden aceptar, afirmó António Guterres, secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
La abrupta recesión que llegó con la pandemia ha llevado en la región a 44 millones de personas al desempleo, a 45 millones a la pobreza y a 28 millones a que no puedan cubrir necesidades básicas al sumarse a la pobreza extrema, explicó en su discurso del 38 periodo de sesiones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Durante el encuentro, vía remota, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, explicó que la crisis sistémica que detonó la Covid-19 y las medidas para contenerlo aumentarán 4.1 por ciento los indicadores de desigualdad en la región, lo que implicará un retroceso de casi 15 años. Adelantó que las recomendaciones de política pública para acelerar la recuperación económica se enfocarán en dar impulso a siete sectores, entre ellos la transición energética, la movilidad eléctrica del transporte público, la manufactura de insumos para la salud, la economía circular, la bioeconomía y el turismo sostenible.
Otros organismos internacionales también se pronunciaron sobre la condición de América Latina durante el encuentro. Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, explicó que en esta región se espera una de las recuperaciones económicas más lentas.
Estimados del FMI apuntan a que el producto interno bruto (PIB) de América Latina no regresará a niveles previos a la pandemia sino hasta 2023, e incluso esta proyección es incierta, reconoció Georgieva. Recomendó no retirar apoyos fiscales abruptamente y consignó que el organismo ha dado financiamiento a la región por 64 mil millones de dólares en estos países.
José Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), recalcó que América Latina y el Caribe enfrentan una de las crisis más graves de su historia, por lo que la única manera de salir de dicha recesión es reconstruir mejor, con bienestar y cohesión social. Con un nuevo pacto social, incluyente, sustentable, innovador y colaborativo.
Recalcó que la pandemia ha evidenciado los enormes riesgos de tener niveles de desigualdad tan altos y las barreras sistémicas para mujeres, indígenas, migrantes y jóvenes. Problemas a los que se suma que 64 por ciento de los ciudadanos en la región no confían en sus dirigentes, la productividad que hasta el año pasado era 40 por ciento del promedio de la OCDE y la baja recaudación a la que se suman los costos fiscales, la evasión y la elusión.
Posteriormente, Fernando Lorenzo, presidente de la Red Sudamericana de Economía Aplicada, aseguró que los organismos financieros internacionales necesitan mayores recursos para responder a las necesidades de restructuraciones de endeudamiento que van a ser más generalizadas de lo que se cree en América Latina.
Entrado el último trimestre de año se estima que parecen haberse superado los efectos más dramáticos sobre la actividad económica; sin embargo, dadas las condiciones de financiamiento actuales, la política fiscal está sola y el margen de ésta se irá reduciendo a medida que dure la pandemia, abundó.