Funcionarios del Gobierno de México visitarán Washington en enero de 2024 para reunirse con miembros del gabinete de Biden y continuar las conversaciones sobre cómo frenar la afluencia de inmigración ilegal a Estados Unidos, según informó el Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU.
La visita ocurrirá días después de que la delegación de alto nivel enviada esta semana a Ciudad de México ––en la que participaron el secretario de Estado, Antony Blinken, y el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas–– lograra algunos avances en el refuerzo policial en el lado mexicano de la frontera.
La inmigración ha sido una vulnerabilidad política para el presidente Joe Biden, pues ha enfrentado duras críticas de los republicanos e incluso de algunos miembros de su propio partido por la situación en la frontera entre EE.UU. y México.
Durante las reuniones de enero se «evaluarán los progresos y se decidirá qué más se puede hacer», según el Consejo de Seguridad Nacional.
«Seguimos atendiendo las causas profundas y construyendo vías legales que incentiven la inmigración ordenada y la aplicación de nuestras leyes», dijo el funcionario.
Las autoridades fronterizas siguen reportando miles de encuentros diarios con migrantes. Solo este miércoles detuvieron a unos 7.000 migrantes a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, según un funcionario de Seguridad Nacional.
Ahora bien, las detenciones de este miércoles siguen siendo inferiores a las de principios de diciembre, cuando las aprehensiones diarias superaron las 10.000, y reflejan cierto alivio para las autoridades fronterizas. Altos funcionarios del gobierno de Biden afirmaron este miércoles que hubo una «reducción bastante significativa de los cruces fronterizos» en los últimos días.
Un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional calificó el viaje de esta semana de «productivo». Y añadió que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, «ha emprendido nuevas e importantes acciones policiales» en materia de inmigración.
Por su parte, la canciller de México, Alicia Bárcena, dijo a la prensa que en las conversaciones también se abordó la importancia de la relación económica entre los dos países y las causas profundas de la inmigración, como la pobreza, la desigualdad, la violencia y la reunificación familiar, según una grabación de audio proporcionada a CNN por la Secretaría de Relaciones Exteriores mexicana.
Sin embargo, las autoridades estadounidenses reconocen que ambos aún tienen mucho camino por recorrer para enfrentar la inmigración.
Al término de la reunión, que duró dos horas y media, las autoridades de Estados Unidos afirmaron que México comparte planes para combatir a los traficantes de migrantes, lo que contribuye al reciente aumento de los casos en la frontera.
México también asumió un papel de liderazgo en la «gestión humanitaria de la frontera, incluidas las repatriaciones», señaló un alto funcionario de la administración y agregó que este año se han llevado a cabo más repatriaciones que nunca.
Estados Unidos se ha apoyado históricamente en México para que actúe como barrera y detenga el flujo de migrantes que se dirigen a la frontera sur de Estados Unidos. Sin embargo, México, al igual que su vecino del norte, se enfrenta a dificultades similares, ya que el número de migrantes que cruzan a su país desborda sus recursos limitados.
Las autoridades mexicanas se enfrentan actualmente a miles de migrantes que salieron este domingo de Tapachula, en el sur de México, en un largo viaje a pie hacia Estados Unidos.
Muchos de los migrantes proceden de América Central y del Sur, así como del Caribe, Cuba y Haití.