El Gobierno de AMLO responde con dureza a la resolución comunitaria que reclama protección para los periodistas mexicanos
El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha escrito una carta, nada diplomática y llena de insultos, como respuesta a la resolución del Parlamento Europeo que reclama protección para los periodistas mexicanos. Según ha desvelado AMLO, su portavoz, Jesús Ramírez, y él mismo, redactaron conjuntamente una respuesta en la que no reconocen ninguna responsabilidad por el clima de violencia que enfrenta la prensa local y en la que se presentan, además, como víctimas de una campaña mediática de desprestigio.
«Basta de corrupción, de mentiras y de hipocresías», arranca la carta enviada por el gobierno mexicano al Parlamento Europeo, y continúa «es lamentable que se sumen como borregos a la estrategia reaccionaria y golpista del grupo corrupto que se opone a la ‘Cuarta Transformación'». Utilizando un tono y un lenguaje muy similar al empleado por AMLO cada vez que habla de España, la carta advierte a los eurodiputados que «México ha dejado de ser tierra de conquista (…) aquí no se reprime a nadie, se respeta la libertad de expresión y el trabajo de los periodistas. El Estado no viola los derechos humanos como sucedía en los gobiernos anteriores, cuando ustedes, por cierto, guardaron silencio cómplice».
El texto del Parlamento Europeo aprobado el pasado jueves, con 607 votos a favor, dos en contra y 73 abstenciones, denuncia que «México es desde hace mucho tiempo el lugar más peligroso y mortífero para los periodistas fuera de una zona oficial de guerra». En lo que llevamos de año, siete periodistas mexicanos han sido asesinados, lo que eleva la cifra acumulada durante el sexenio de AMLO a 55. La UE reclama a las autoridades mexicanas «garantizar la protección y la creación de un entorno seguro para los periodistas», haciendo especial hincapié en «la corrupción generalizada y las deficiencias en los sistemas judiciales que provocan altas tasas de impunidad».
El Gobierno de Morena rechaza que exista ese escenario pesimista dibujado por la UE y lo justifica en que «si estuviésemos en la situación que ustedes describen en su panfleto, nuestro presidente no sería respaldado por el 66% de los ciudadanos (…) dicho sea de paso, con más aprobación que los gobernantes europeos». La beligerante carta del Gobierno mexicano concluye reclamando a los eurodiputados que «para la próxima, infórmense y lean bien las resoluciones que les presentan antes de emitir su voto. Y no olviden que ya no somos colonia de nadie (…) evolucionen, dejen atrás su manía injerencista disfrazada de buenas intenciones. Ustedes no son el gobierno mundial».
No es la primera vez que López Obrador muestra poco tacto a la hora de abordar cuestiones diplomáticas. Desde ‘el perdón’ exigido a Felipe VI por los abusos cometidos durante la conquista de México, hasta la ‘pausa’ reclamada recientemente en las relaciones con España, cuyas consecuencias pocos llegaron a entender. Precisamente esta semana, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, visitó la capital mexicana para tratar de acercar posturas con el Gobierno mexicano y respaldar a los empresarios españoles, los cuales representan la segunda mayor inversión extranjera del país, solo por detrás de EEUU.
El contenido de la carta enviada por el gobierno de AMLO a la UE ha generado una gran indignación en la clase política mexicana, incluso entre las filas de su propio partido. La diputada oficialista, Patricia Armendáriz, reclamó «por favor» que la Secretaría de Relaciones Exteriores saliera a desmentir «el burdo escrito». Poco después rectificó y anunció su «solidaridad con la respuesta de López Obrador que no es una pieza de diplomacia pero pone un basta a este tipo de ataques».
En su conferencia de prensa de este viernes, AMLO ha negado que su respuesta a la UE sea descalificante, «es lamentable que se sumen como borregos y esto no es ningún insulto. Cuando me tocó ir al parlamento inglés, que se ponen cara a cara, cuando está hablando un legislador, ya sea conservador o liberal, empiezan los opositores a decir ‘meee’, ‘meee’; yo creo que eso es lo que significa. Aquí en México sí sabemos qué es ser borregos».