Dom. Nov 24th, 2024
Familias de los alumnos afectados señalan que el Conacyt no respondió a tiempo a la solicitud de apoyo económico que le hicieron para ir a la Olimpiada Internacional de Biología. Académicos advierten que el consejo ha dejado de respaldar la asistencia a estos certámenes.

Cuatro estudiantes de nivel medio superior que obtuvieron la medalla de oro en concursos nacionales —y que han dedicado dos años de entrenamiento teórico y práctico— se quedaron fuera de la Olimpiada Internacional de Biología, que se llevará a cabo del 10 al 18 de julio en la ciudad de Ereván, Armenia, en Asia. Esto, debido a que no lograron consumar con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) las gestiones necesarias para que dicha instancia les cubriera el costo del viaje y la inscripción a la competencia.

De acuerdo con familiares de los jóvenes, los lineamientos de la olimpiada estipulaban que el costo de inscripción, viaje, hospedaje y viáticos —unos 2 mil 500 dólares o cerca de 51 mil pesos— debía ser cubierto por una institución u organización de investigación científica, pública o privada, que tuviera registro ante el Conacyt.

El pasado 30 de abril fue el último día para que estos estudiantes fueran inscritos, pero fue hasta el 14 de junio que Cristina Revilla Monsalve, directora de la Olimpiada Nacional de Biología (ONB), les confirmó que el Conacyt no les cubriría el viaje ni la inscripción.

“Hola, niños: lamento darles esta noticia pero Conacyt no dio el dinero para la olimpiada internacional de manera que no podemos ir”, informó Revilla en un correo electrónico.

De acuerdo con el mensaje, Revilla dijo a los jóvenes que realizó el trámite pero finalmente no obtuvo el recurso.“Hice miles de trámites, envié correos, insistí que debíamos confirmar nuestra asistencia. Les mandé todos los documentos que me solicitaban y hasta más información de la requerida, pero ni así. En muchos correos ni siquiera se tomaban la molestia de contestarme. Me dejaban más de media hora conectada esperando que llegaran a la reunión virtual a la que me habían convocado y después la respondían que tenían cinco minutos. Me pedían que enviara más información, cotizaciones, justificaciones. Todo lo mandé con tal de lograr el apoyo”, señaló la doctora a cargo de la ONB.

Se preguntó a Conacyt si en efecto se realizaron dichas gestiones, si se aprobó el proyecto o por qué no se entregó el dinero, pero al cierre de edición no hubo respuesta.

La doctora Cristina Revilla dijo: “El primer contacto que tuve con Conacyt fue el 5 de abril y fue a partir de esa fecha en que inicié el proceso de solicitud sin ni siquiera recibir respuestas a mis múltiples correos. Lo que tampoco mencionaron los chicos fue que yo solicité a los organizadores de la olimpiada una prórroga para pagar, prórroga que sí otorgaron solicitando fecha del pago, la cual no pude dar ya que no tenía fecha probable”.

Revilla señaló que informó a los jóvenes hasta el 14 de junio que no consiguió el apoyo de Conacyt, porque también estaba gestionado un apoyo por parte de la UNAM.

La doctora agregó que tuvo una reunión virtual con los estudiantes y sus padres el 15 de junio para explicarles la situación con detalle, “pero tomaron lo que les convenía y en ningún momento mencionaron que había solicitado prórroga para pagar y que nos la habían dado”.

Finalmente, dijo que, con la negativa del Conacyt a darles los recursos para la olimpiada, los principales afectados son los estudiantes que dedicaron mucho tiempo en prepararse.

“Es lamentable que no se apoyen proyectos como las olimpiadas, que se habían apoyado durante 31 años, y que llevan a cabo en beneficio de los jóvenes talentosos de nuestro país, interesados en las ciencias biológicas, en nuestro caso. A través de los años ha quedado demostrado que la participación de los chicos en la olimpiada es un parteaguas, que les permite vislumbrar a pesar de su corta edad, que tienen un gran futuro por delante y que de ellos dependerá seguir por el camino de éxito que ya iniciaron. Se debería considerar como una prioridad el apoyo a estos estudiantes, que en su gran mayoría provienen de escuelas públicas, para que puedan desarrollar todas sus capacidades y habilidades en su beneficio, en el de sus familias y en el de nuestro país. En chicos como estos está el futuro de México”, agregó.

El proceso

El 24 de junio de 2021, el Conacyt informó que aprobó el proyecto donde dio recursos para la realización de la ONB, propuesto por la Academia Mexicana de Ciencias. Justo de ese certamen salieron los cuatro estudiantes que iban a representar a México en la Olimpiada Internacional de Biología.

De hecho, el objetivo del certamen nacional es lograr el entrenamiento y la selección de la delegación que representará a México en el exterior.

En 2020, el Conacyt destinó 1 millón de pesos para la realización de la ONB.

Valeria Rebollar Cruz, hermana de Paulina Bermejo Cruz, una de las seleccionadas, dijo en entrevista que las reglas de la Olimpiada Internacional de Biología estipulan que debe ser una institución de investigación científica la que cubra los costos de inscripción, viaje y viáticos, por lo que las familias de las delegación mexicana no podían costearlo.

“Queríamos nosotros conseguir el dinero por nuestra parte, pero no es tan fácil porque la olimpiada internacional pide que los recursos vengan de una institución de investigación, como el Conacyt, y si no es Conacyt, debe ser una asociación pública o privada que tenga un registro ante Conacyt que se llama Reniecyt (Registro Nacional de Instituciones y Empresas Científicas y Tecnológicas), y no cualquier empresa tiene ese registro y cuenta con 2 mil 500 dólares para cada seleccionado”, dijo.

Rebollar Cruz contó que su hermana Paulina, quien estudia en la Prepa 1 de la Universidad Autónoma del Estado de México, tomaba clases casi a diario y realizaba experimentos prácticos desde hace dos años.

“Paulina estaba destrozada, nos dijo que estaba muy desilusionada, porque ella estudia mucho, hasta los domingos; además de ese esfuerzo físico, tuvo que enfrentar todo el desgaste emocional. Fue devastador porque lleva dos años trabajando para este momento, porque antes no se realizó presencial por la pandemia, y simplemente porque no hubo recursos o no avisaron antes, se quedó fuera”, relató.

Desde 1999, la delegación mexicana había participado en la Olimpiada Internacional de Biología. En total (incluyendo la olimpiada panamericana), México ha obtenido seis medallas de oro, 12 medallas de plata, 36 medallas de bronce y una mención honorífica.

El doctor Alejandro Sánchez Flores, de la Academia de Ciencias de Morelos, AC, dijo en entrevista que, al inicio de la actual administración, el Conacyt dejó de entregar dinero a organizaciones civiles, incluyendo los recursos para eventos como olimpiadas científicas, por eso muchos jóvenes buscan financiamientos por otras partes, como con diputados de su distrito.

El experto agregó que para las competencias se requieren grandes esfuerzos de la familia de cada estudiante, incluso cuando hay competencias estatales o nacionales, pues no solo se tiene que trasladar el joven, sino también un padre de familia.

“Estos recursos que antes daba el Conacyt eran muy importantes, porque llevaban a gente muy valiosa a representar a México, y que históricamente los resultados siempre han sido muy buenos, porque llegan con uno de los tres lugares. Nunca ha sido un desperdicio invertir en estas personas, que aunque no acaben siendo científicos, dejará una huella en su vida y se convertirán en gente provechosa para el país”, agregó el investigador.

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